lunes, 9 de junio de 2014

La mejor primavera en décadas del Teide


El Parque Nacional del Teide ofrece esta primavera una de las mayores floraciones de los últimos 70 años. No solo lo dicen los que llevan décadas trabajando en la cima de Tenerife, sino que lo corrobora uno de los biólogos más prestigiosos del Archipiélago, Wolfredo Wildpret, premio Canarias y catedrático de Botánica de la Universidad de La Laguna. "Llevo desde principios de los años cuarenta, cuando todavía era un niño, visitando el Parque Nacional, la mayoría de las veces en tareas de investigación o docencia, y nunca había visto tantas flores. Es un espectáculo extraordinario", aseguró ayer Wildpret tras visitar el volcán el pasado martes.

El amarillo de la hierba pajonera, el blanco de las retamas y el rojo intenso de los tajinastes han cobrado este año tal intensidad que Wolfredo Wildpret llega a decir que "estamos ante una primavera histórica". Dos son las principales causas a las que el biólogo atribuye esta explosión de color y vida: las copiosas lluvias y nevadas del invierno y el hecho de que no se produjeran heladas tardías, que según Wildpret son especialmente dañinas para las especies de la exclusiva y variada flora del Parque Nacional.

Las heladas tardías son especialmente malas para el tajinaste, la estrella de todo este espectáculo natural, una flor que nace cada dos años y que se localiza en las bases pedregosas de las laderas, especialmente en tres puntos: el acceso al Teide por Vilaflor, el mirador de El Tabonal Negro (cerca de la zona de aparcamiento para ascender a pie al pico) y el conocido popularmente como Valle de los Tajinastes, a unos 500 metros tras el final de la recta que pasa por el Parador Nacional. Si el año pasado los tajinastes solo salieron en el mirador de El Tabonal Negro, en este están en estos tres puntos y en otros muchos pero con poblaciones aisladas.

La floración del tajinaste vive en este preciso momento su esplendor. Centenares de ejemplares, algunos de más de dos metros, pueblan el valle que lleva el nombre de esta flor, el endemismo más emblemático de los 31 que existen en la flora del Parque Nacional. Es además una de las cinco plantas exclusivas del Teide, lo que convierte estos días en una oportunidad extraordinaria para visitarlo. Alrededor de estas varas repletas de pequeñas flores rojas, que se van haciendo azules a medida que maduran, revolotean miles de abejas, que producen una de las mieles más apreciadas de Tenerife.

"Este será un año muy bueno para las mieles, especialmente para las que se obtienen en el Teide", asegura Wolfredo Wildpret, que confiesa tener una relación muy familiar con la flor. Y es que su nombre científico, Echium Wildpretii, es en homenaje a su abuelo, Hermann Wildpret, un suizo que fue jardinero mayor del Jardín Botánico de La Orotava y que se afincó en Tenerife tras conocer y casarse con una mujer de Geneto durante una visita a la Isla.

"Es una buena oportunidad para ver esta floración excepcional pero hay que tener cuidado con no tocar las flores y no enfadar mucho a las abejas, cuyas picaduras pueden ser especialmente delicadas en personas frágiles", aseguró el científico, que recuerda que hay otras especies y subespecies de tajinastes en las Islas pero ninguna con tan buen porte y tan llamativa como la del Teide.

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